sábado, 11 de agosto de 2012

Pasa tiempo con tus hijos



Un hombre vino a casa tarde del trabajo, cansado e irritado, y encontró a su hijo de 5 años esperando en la puerta.

- "¿Papá, puedo hacerte una pregunta?"


- "Sí... ¿cuál es?" contestó el hombre.


- "¿Papá, cuánto ganas en una hora?"


- "Eso no es asunto tuyo. ¿Por qué preguntas eso?", dijo el hombre enojado.


- "Sólo quiero saberlo. Por favor, dime, ¿cuánto ganas en una hora?", repitió el pequeño.


- "Si quieres saberlo, en una hora gano 20 euros."


- "¡Oh!", contestó el pequeño, cabizbajo. Volviendo a mirarlo, dijo:


– "Papá, puedo pedirte prestados 10 euros?"


El padre se puso furioso:


- "Si la única razón por la que me has preguntado eso es para poder pedirme prestado dinero para comprar un juguete tonto o alguna otra cosa sin sentido, entonces vete directamente a tu cuarto y acuéstate. Piensa sobre por qué estás siendo tan egoísta. Yo trabajo muy duro muchas horas todos los días, y no tengo tiempo para estas tonterías infantiles."


El chico fue calladamente a su cuarto y cerró la puerta. El hombre se sentó y empezó a ponerse aún más enfadado pensando en la pregunta del muchacho.


- "¿Cómo se atreve a preguntar cosas así sólo para conseguir algún dinero?"


Después de aproximadamente una hora o así, el hombre se había tranquilizado, y empezó a pensar que quizás había sido un poco duro con su hijo. Quizás había algo que realmente necesitara comprar con los 10 euros, y realmente no pedía dinero muy a menudo. El hombre fue a la puerta del cuarto del muchacho y abrió la puerta.


- "¿Estás dormido, hijo?", preguntó.


- "No papá, estoy despierto", contestó al muchacho.


- "He estado pensando, quizá haya sido demasiado duro contigo antes", dijo el hombre. "Ha sido un día largo y he pagado mi agresividad contigo. Aquí están los 10 euros que me pediste."


El pequeño se sentó y sonrió.


- "¡Oh, gracias papá!", gritó.


Entonces, buscando bajo su almohada, sacó algunos billetes arrugados. El hombre, viendo que el muchacho ya tenía dinero, empezó a ponerse enfadado de nuevo.


El pequeño contó despacio su dinero, entonces miró a su padre.


- "¿Por qué pides más dinero si ya tienes?", refunfuñó el padre.


- "Porque no tenía bastante, pero ahora sí", contestó.


- "Papá, ahora ya tengo 20 euros... ¿puedo comprar una hora de tu tiempo?. Por favor ven a casa temprano mañana. Me gustaría cenar contigo."


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